Buenas tardes a todos!

Hoy el día pintaba bien, y no nos ha decepcionado; una temperatura de 26º y un sol que se agradece en la cara.

Hemos preparado tranquilamente el equipo en el centro, comentando dónde nos apetecería ir, y después de un corto debate se ha decidido que El Palm-Mar era la mejor opción.

Ya en la embarcación nos dirigimos al punto de inmersión a escasos 5 minutos del puerto de Los Cristianos, y empezamos a ver indicios de que la inmersión iba a ser un éxito; teníamos un grupo de tortugas descansando plácidamente por estribor. Ya estábamos todos contentos y preparados para sumergirnos.

Comenzamos el descenso tranquilamente y disfrutando de El Gran Azul, tocamos fondo a 21 mts. y nos dirigimos dirección oeste en busca de los chuchos... ¡y cuál es nuestra sorpresa cuando a los 5 minutos escasos nos encontramos con un DELFÍN!!!! Ufffffff no me acostumbro, cada vez que tengo la suerte de bucear con uno de ellos por poco rato que esté con nosotros me cambia el día. No sé cómo describirlo... precioso, majestuoso, elegante... podría seguir así todo el día... QUÉ ANIMAL!

No contentos con todo esto, y después del éxtasis de la reciente compañía, proseguimos con la inmersión para acercarnos a una estructura metálica en la que sabemos que siempre hay un par de "sea horses", y donde hemos disfrutado de su delicadeza y hermosura durante un ratito. Todo esto rodeados de una decena de chuchos negros y un par de angelotes curiosos... ¡vaya FESTIVAL!

Sin danos ni cuenta tenemos que comenzar el ascenso... NOOOOOOOO... son de esas inmersiones que no quieres que termine nunca.

Una vez en el barco, de vuelta, todos íbamos eufóricos! Que si el delfín, que si lo chuchos, que si los angelotes... así hemos llegado de nuevo al puerto, todos contentos y radiantes de felicidad! Estos son los buceos que hacen que esté realmente enamorado de esta profesión.

Espero que os haya gustado, aunque mi forma de escribir no hace justicia al "FESTIVAL" que hemos vivido hoy. Por si acaso, os dejamos un vídeo que quizá os acerque mejor a la realidad.

Un abrazo enorme, Joaquin